El dengue es una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti, por lo que es clave eliminar cualquier recipiente que pueda servir de criadero.
La proliferación del mosquitos se ve favorecida por el clima cálido del verano, cuando la mayoría de la población disfruta de vacaciones al aire libre y viajes a zonas o países donde hay una fuerte incidencia de esas enfermedades.
El dengue no tiene tratamiento antiviral específico y es transmitida por el mosquito que se infecta luego de haber picado a una persona que padezca una de estas enfermedades. Estos mosquitos se crían en lugares sombríos y húmedos, ya sea en jardines, patios o ambientes donde haya recipientes con agua. Los sitios oscuros aseguran que el agua de los recipientes no sobrepase ciertas temperaturas que serían letales para los huevos, larvas y pupas de estos insectos. Por otra parte, los mosquitos adultos requieren de humedad para sobrevivir mayor tiempo.
Cualquier recipiente capaz de acumular agua puede convertirse en un criadero, pero sólo algunos pueden producir gran cantidad de mosquitos. Por ejemplo, las cubiertas de automóviles son excelentes criaderos tanto por su forma (que impide volcar el agua), su material (aislante) y su color oscuro que permite mantener la temperatura adecuada para el desarrollo del mosquito. Asimismo, los mosquitos pueden criarse en ambientes cerrados, como viviendas, oficinas, escuelas, en los que pueden criarse mosquitos en platos bajo macetas, floreros y plantas en frascos con agua.