El sol emite 3 tipos de rayos ultravioletas (UV). Estos rayos se dividen, según su longitud de onda en UVA, UVB y UVC. Estos últimos no llegan a la tierra ya que quedan en la atmósfera. Los rayos UVB, son parcialmente bloqueados por la atmósfera y eventualmente por las nubes y tienen un pico de mayor intensidad entre las 10 de la mañana y las 16. Estos son los responsables de las quemaduras solares agudas y del cáncer de piel por daño directo del ADN de las células. Por último los rayos UVA, no son filtrados por la capa de ozono, ni las nubes, ni los vidrios y están presentes durante todo el día con la misma intensidad. Estos son los responsables del envejecimiento y también de la producción de cáncer pero de una manera indirecta sobre el ADN.
Dada la estricta relación que existe entre la exposición al sol y el desarrollo de cáncer de piel es muy importante conocer que medidas tomar para poder estar protegidos.
Fotoprotección:
La correcta protección solar se basa en 3 pilares fundamentales
- No exponerse en los horarios en los que el sol es más dañino (entre las 10:00 y las 16:00hs)
- Utilizar medios físicos de protección (sombrillas, ropa, sombreros, anteojos)
- Utilizar correctamente el fotoprotector.
Los fotoprotectores son sustancias químicas que, aplicados correctamente, disminuyen los daños que el sol puede producir en la piel. No son “Bloqueadores” esto quiere decir, no actúan como una barrera completa y permanente contra el sol.
¿Cómo protegerse correctamente del sol?
- Aplicar factor 30 o mayor
- Utilizar un fotoprotector de amplio espectro (UVA y UBV)
- Reaplicar el protector cada 2 a 3 hs
- Reaplicar luego de traspirar o sumergirse al agua
Su dermatólogo puede orientarlo a qué protector es más indicado para su tipo de piel.
Cabe destacar que los protectores NO están autorizados en menores de 6 meses, por lo que estos niños no deben estar expuestos directamente al sol y deben utilizar las otras 2 medidas de cuidado (sombra y ropa en horarios permitidos).
Durante la infancia y la adolescencia, la piel es más vulnerable porque es más fina, tiene menos melanina y su sistema de inmunidad poco desarrollado. El 80% de la radiación solar que se recibe durante la vida se produce durante los primeros 18 años y, teniendo en cuenta que durante el verano son propensos a estar durante largos períodos al sol, es muy importante que tengan siempre los recursos para protegerse ante la exposición.